Jamón, puerro y queso es una combinación que siempre funciona. Y desde luego lo hace en este gratinado de patatas. En esta ocasión no utilizamos rodajas de patata, sino cubos. Te presentamos un plato preparado con distintas capas, con las patatas como base y los puerros, el jamón y la bechamel por encima.
Precalienta el horno a 180 °C.
Corta las patatas sin pelar en dados de medio centímetro. Ponlas en una fuente de horno y riégalas con aceite de oliva. Sazona y hornea las patatas durante 20-30 minutos.
Mientras tanto, prepara la salsa bechamel: derrite la mantequilla y añade la harina poco a poco, removiendo constantemente. Añade la leche poco a poco hasta que comience a hervir. Sigue removiendo hasta que la mezcla haya espesado. Añade el queso y sazona con nuez moscada, sal y pimienta.
Cuece los puerros durante 20 minutos en un poco de agua en una cacerola con tapa. Escúrrelos y ponlos encima de las patatas en la fuente de horno.
Corta el jamón en dados de 5 mm. Reparte los tacos de jamón sobre la fuente y termina añadiendo con la salsa de queso. Gratina durante unos minutos hasta que quede una corteza crujiente.