¿Sabías que puedes preparar bases de pizza con patatas? Cúbrelas con ricotta, beicon y rúcula y tendrás unas pizzas muy originales que no te cansarás de preparar.
Precalienta el horno a 200 °C.
Lava las patatas y córtalas en rodajas de 3 mm de grosor con un cuchillo afilado.
Coloca las patatas superpuestas en cuatro círculos sobre papel de horno ligeramente engrasado con aceite.
Unta las patatas con huevo batido y sazona al gusto con sal y pimienta. Cúbrelo todo con papel de horno y una bandeja para que las rodajas de patatas no se curven. Hornea las patatas cubiertas durante 15-20 minutos.
Mientras las patatas están en el horno, mezcla el queso ricotta con orégano finamente picado y la cáscara de limón. Sazona con sal y pimienta.
Saca las bases de patatas del horno y cubre cada una de ellas con ricotta y beicon. Espolvorea las hierbas sobre las pizzas y hornea de nuevo durante 10 minutos.
Justo antes de servir, corta las pizzas en porciones iguales y esparce la rúcula por encima.
Nota:
Para lograr unas pizzas más coloridas, usa una mezcla de patatas clásicas y de colores (por ejemplo, moradas).