La sostenibilidad se ha convertido en una gran prioridad para el sector europeo de la patata. Tanto las explotaciones agrícolas como los almacenes de envasado han invertido considerablemente en la instalación de infraestructuras de energía renovable, como paneles solares y turbinas eólicas. Las prácticas respetuosas de gestión del agua y del suelo también han contribuido en gran medida a lograr un sector más sostenible. Por último, la difusión de mensajes sostenibles sobre cómo minimizar el desperdicio de alimentos ha sido el principal objetivo dirigido a los consumidores.
Las patatas se cultivan y cosechan en la misma temporada y suelen refrigerarse durante el invierno y la primavera/verano siguientes en grandes almacenes refrigerados para preservar su calidad. Actualmente se emplean sistemas de refrigeración de última generación para regular una temperatura constante optimizando el aislamiento.
La gestión y utilización respetuosa del agua, tanto en el campo como en el proceso de envasado, es una práctica sostenible importante en el sector. Los agricultores emplean tecnologías agrícolas inteligentes para crear alertas sobre cuándo y cuánta agua aplicar a las plantas de patata. Cada vez más agricultores utilizan drones para sobrevolar los campos de patatas y crear informes sobre la salud de las plantas. De este modo, pueden saber exactamente si las plantas necesitan más o menos agua o la aplicación de productos fitosanitarios.
La recogida de agua de lluvia de los tejados es otra práctica habitual en el sector. Los envasadores pueden incluso instalar su propia depuradora para filtrar el agua de lavado, de modo que pueda reutilizarse de nuevo para seguir limpiando las patatas.
Dato importante: Las patatas necesitan mucha menos agua que otros carbohidratos como el arroz y la quinoa. El cultivo de un kilo de patatas requiere cinco veces menos agua que la producción de un kilo de arroz.
Las buenas prácticas agrícolas, unidas a una gestión inteligente del suelo, son otro componente importante de la sostenibilidad de la producción de patatas. Mediante técnicas de cultivo innovadoras, como la agricultura de precisión, los agricultores consiguen reducir el uso de productos fitosanitarios.
Los tratamientos específicos y las aplicaciones precisas garantizan una pérdida mínima de productos fitosanitarios en el medio ambiente. Actualmente se presta una minuciosa atención y cuidado para garantizar la mínima erosión del suelo y la pérdida de partículas de tierra y nutrientes de las siembras.
El desperdicio de alimentos es un reto constante para el sector. Los productores y envasadores tratan de educar a los consumidores para que reduzcan el desperdicio, mediante información en el envase y la promoción de contenidos en vídeo.
En todas las fases del proceso de producción y envasado se emplean dispositivos electrónicos para minimizar los golpes y caídas de la cosecha y garantizar la producción de patatas de calidad. Esta tecnología garantiza que las patatas se transporten a lo largo de la cadena alimentaria con un mínimo de magulladuras, lo que se traduce en patatas de primera categoría. Las máquinas cosechadoras de alta tecnología garantizan que sólo queden muy pocas patatas en el campo sin recoger.
Las patatas de “menor” calidad se seleccionan por su tamaño, forma o acabado de la piel. Estas patatas son de una calidad perfectamente aceptable para el consumo y a menudo se destinan al mercado de la restauración para ser utilizadas como puré, cubitos de patata o croquetas en los establecimientos de catering. Otras patatas fuera de categoría pueden acabar donándose a bancos de alimentos. Incluso las patatas de menor calidad pueden utilizarse como pienso, abono verde o combustible para plantas de biogás.
En un mundo en el que la sostenibilidad es cada vez más importante en toda la sociedad, el sector europeo de la patata busca constantemente implantar mejores prácticas sostenibles. Cada vez que comemos patatas, no sólo debemos apreciar su sabor y sus propiedades saludables, sino recordar que este alimento está contribuyendo a un mundo mejor y más sostenible para las generaciones futuras.
